No reiné en ningún cielo, me consumí en un infierno que no era mío pero que lo busqué con toda mi locura, con toda mi ira, con mi ser, mis sentimientos, dejé que todo se disperse en el y no me dí cuenta que las cosas que perdí no van a volver, que lo que sufrí lo sufrí, que todo aquello que escribí alguna vez no fué tan cierto y que hoy más que nunca necesito abrir los ojos.
Tengo miedo al cambio, nunca pude dejar todo, abandonar, renunciar a todo aquello que tenía para empezar algo nuevo, soy como una pequeña principiante en todo lo que hago, miedo al fracaso pero más que nada miedo a luchar, miedo a convatir y es de lo que está hecha la vida, de luchas, de guerras de peleas hasta poder alcanzar lo bueno de ella.
¿Siento? sisi, ¿muy pocas veces? no, siempre siempre siento con o sin sentidos pero siento al fin, nunca me van a quitar ese derecho a pesar de tenerlo y no usarlo, no aprobecharlo, es mi razón , el sentir eso , nada más. siento y callo, callo y siento pero a la vez grito y nadie me escucha.
Pierdo, encuentro, aprendo, aprendo que cada día que dá esto que llamamos vida es una oportunidad de mejorar todo, de mejorar mi vida y aprendo que en el infierno en el que vivo es fácil salir, sólo me hace falta la seguridad y confianza en mi misma, dónde se vende? no sé, supongo que hay que conseguirla, y eso creéme es lo que más me cuesta.