Acá estoy, como siempre, pensando en vos.

Y bebo, mirando la copa en la que dibujo tu rostro, y me pregunto hoy, al igual que todas las noches ¿Por qué no estas a mi lado?

Falta en mi vida tu presencia, tu sonrisa, tu caricia, tu cuerpo, tu olor y hasta esa forma rara que me miras.

Solo tengo tu sombra, tu recuerdo, el recuerdo de lo que somos o de lo que fuimos, no sé.

Te bebo a cada sorbo, te encuentro en cada bocanada del cigarro que exhalo y, aunque no lo creas, te respiro a cada segundo.

¿Por qué?

Por que vivís en mí, te llevo dentro de mi piel, ésta que quisiera arrancar de un tajo para no sentir el amargo dolor que me deja tu ausencia. Aquel dolor que me deja el saber que vos no sentís lo mismo que yo en este preciso momento.

Y ahora decime : ¿Cómo haces vos? ¿Cómo haces para tener siempre en la boca esa sonrisa?

¿Cómo haces para estar siempre inmerso en ese mundo en el que solamente importas vos, en el que no vive nadie?

Por que yo te veo en cada cosa que miro, te tengo, a cada paso, en cada paso que di ayer, en el que doy hoy y en el que daré mañana.

Por que sos parte fundamental de mí ser, de la persona que soy y de la que quiero ser para vos, hasta que de una vez por todas te des cuenta de que me necesitas, que me queres, por que eso quiero: que me quieras, que me sueñes, que me respires a cada segundo.

Quiero ser tu aire, la sombra que te sigue a cada momento, la que mira cada uno de tus movimientos y no sólo ese deseo carnal, por que la carne se acabará en cualquier momento sin nosotros decidir cuándo

El alma queda, y quedará, hasta el día en que tengamos que decir adiós definitivamente.

No, no sos un capricho, ni un producto de esta imaginación desbordada que me lleva siempre, sin importar que camino elija, a vos, siempre a vos, a todo lo que sos para mí y simbolizas en mi decadente existir

Quisiera que te dieras cuenta de que dependo de vos, que al conocerte pasé de ser un ser independiente a ser un ser dependiente de lo que vos decís, de lo que vos querés, de lo que vos ansias. De ser un ser racional a uno irracional.
Y es que tu mundo y el mío son tan raramente diferente. Por que tu mundo sos vos, y mi mundo eres tu

Y me burlo a cada instante de mí, de aquello en lo que me he convertido gracias a vos, a tu constante indiferencia.